La Organización - se divide en diversas funciones, producto de una división del trabajo. Cada una de estas funciones debe cumplir una tarea concreta.
En un Banco, un cajero debe recibir los depósitos que hace el público. Otro debe pagar los cheques que le presentan en su ventanilla.
Observemos el trabajo de este último cajero. El debe estar tomando continuamente la decisión de pagar o no un determinado cheque. Tal tarea entrega al cajero una responsabilidad bien definida. Es responsable de los cheques que paga, no sólo en cuanto a entregar el dinero exacto a la persona que lo cobra, sino a que el cheque tenga un respaldo de fondos suficiente.
Para que pueda cumplir con su tarea es preciso que posea cierta autoridad, que tenga la capacidad de exigir ciertas conductas a otras personas, en otras palabras, debe hacerse obedecer. En este caso concreto exige el carnet de identidad y nosotros le obedecemos. Reconocemos tácitamente que posee la autoridad necesaria para exigirnos ese documento. Si tiene alguna duda sobre un determinado cheque, verifica si esa cuenta tiene los fondos necesarios para cubrirlo: ordena a un empleado que tome ese cheque, lo lleve a Cuentas Corrientes y vuelva a informarlo sobre la situación del cheque. Estas órdenes deben ser obedecidas porque el cajero tiene autoridad, y esta autoridad nace de la responsabilidad que le señala su trabajo.
Delegación de autoridad. Si convenimos en que el marido es el responsable máximo del bienestar y la marcha de su familia, deberíamos estar de acuerdo en que es él quien tiene la máxima autoridad. Sin embargo, como debido a su trabajo no se encuentra en la casa el tiempo necesario para dirigir personalmente todas las actividades que allí se desarrollan, debe entregar ciertas tareas a su esposa, es decir, debe delegar en ella parte de su trabajo. Por ejemplo, el control de los estudios de los hijos. Sin embargo, si se quiere que la esposa se responsabilice por esta función, deberá entregarle parte de su autoridad, es decir, dotarla de la capacidad de premiar o castigar a los niños de acuerdo con su comportamiento. Por lo tanto, al delegar una función en su esposa, también está delegando autoridad.
En la organización industrial ocurre lo mismo en todos los niveles. Se supone que la autoridad máxima es el Consejo de Administración, designado por los propietarios de la empresa, por el Estado o por ambos. Sin embargo, ellos delegan su autoridad en el administrador para que éste dirija a la empresa con el fin de alcanzar todos objetivos que han sido fijados.
Delegación de la responsabilidad. Si bien siempre es posible delegar autoridad, la responsabilidad es indelegable. Cuando el Consejo de Administración le fija al Gerente cierta cantidad de producción y ese objetivo no se cumple, el responsable es el Gerente, quien deberá darle al Consejo las razones y explicaciones del caso.
Podrá decir que no se pudo alcanzar esa meta porque Pedro operó mal una máquina y la inutilizó durante un par de semanas. Esta explicación de las causas del fracaso podrá o no ser aceptada por el Consejo, pero es el Gerente el que está respondiendo por Pedro, ya que, dentro de la empresa, él tiene toda la responsabilidad por el proceso de delegación. Él delegó el aspecto de producción en el subgerente de Producción; éste en el jefe de la Planta; éste, a su vez, en el capataz y éste, por último, delegó la tarea concreta en Pedro. Pedro es responsable ante su capataz, quien lo es ante el jefe de la Planta y éste ante el subgerente de Producción, quien es responsable ante el Gerente. Pero el Gerente es responsable ante los propietarios de la Empresa o el Estado.
Como definición entonces tenemos que la Autoridad se puede delegar, mas la responsabilidad es Indelegable.